Mateo 23:37-39
_Contextualización rápida
El capítulo 23 se centra especialmente en el juzgar a los supuestos maestros de la ley en Israel, sin embargo nos muestra que no es solamente para ellos, sino para todo el pueblo que decidió rechazar al mesías prometido.
Esto se ve en la totalidad del capítulo, un 100% de su totalidad se encaminó a presentar el discurso de "despedida" por parte del Señor hacia su pueblo.
_Reflexión
Lo primero a entender es que estos versículos sirven de antesala, de manera magistral, para las profecías del capítulo 24.
Por eso es importante, en ámbitos Escatológicos, entender la grandeza detrás de estos tres versos.
Mateo 23:37 nos deja ver una de las grandes razones por las cuales el pueblo del Mesías no pudo recibirle. Esta razón es el mismo pueblo, pues ellos mismos se encargaban de acabar con los enviados por el Señor.
Sin embargo, en el versículo 34 entendemos que esto seguirá pasando en el futuro, mejor dicho, esto seguirá pasando en la época actual... Y muy próximamente en la gran tribulación, donde se acabará con la vida de los dos testigos enviados por el Señor. (Apocalipsis 11)
Esto nos ayuda a comprender en cierto modo como el pueblo de Israel podrá hacer un pacto con el anticristo al inicio de la gran tribulación (en la primera mitad). Puesto que Israel no supo reconocer al verdadero Cristo, por su ceguera espiritual y por su deseo de un libertador guerrero que acabara con todos sus enemigos de una vez por todas. (Probablemente eso será lo que el anticristo le ofrecerá en su pacto de paz).
Esto que se evidencia acerca de Jerusalén también se ve reflejado en 1 Tesalonicenses 2:14-16.
Versículo 38: el pueblo queda desierto (aphietai/ αφιεται), más específicamente se traduce como está siendo dejada completamente, y se conecta con "desierta". Claro, el pueblo ha ido y ha vuelto durante su historia, sin embargo esto nos puede llevar a entenderlo de dos maneras, que a la larga se conectan en perfecta armonía sin alterar la interpretación.
1. Por desierta se hace referencia a que los habitantes de la tierra se irían de la ciudad, esto ocurrió?, la respuesta es sí, de hecho fueron tres exilios ocurridos bíblicamente, el primero impuesto por Asiria, el Segundo por Babilonia, y el tercero, el cual nos interesa más, se conoce como la diáspora Judía, que según se entiende fue impuesto por el reino Adriano.
2. Recordemos que el Señor hace un ejemplo bastante interesante sobre una vid y unos pámpanos, en donde todo aquello que no esté unido a la vid, no llevará fruto y se secará, y como profetizado, será echado fuera. (Juan 15)
Esto claramente es lo que le ocurrió al pueblo de Israel, y ambas interpretaciones se conectan y viven en armonía, pues fácilmente ambas cosas pudieron pasar (o pasaron) al mismo tiempo.
Versículo 39: este verso se conecta directamente con el Salmo 118 y con Juan 14.
Siendo el primero, el Salmo 118 un Salmo profético, muy probablemente esto se dará después de la gran tribulación, dado a lo expresado en el mismo. La conexión directa se hace con la parte b del versículo 39: "hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor".
Es decir, hasta que el pueblo reciba al mesías, a nuestro Señor Jesucristo.
Hablando de Juan 14, la conexión directa se da con la parte A del versículo 39: "porque os digo que desde ahora no me veréis" y se da por esto:
Cuando en Juan 14 se dice "vendré a vosotros", se hace referencia a la segunda venida del Señor, además, el versículo 19 hace referencia directa a Juan 13:33, sin embargo nos deja ver la claridad de las palabras "y el mundo no me verá más", ya que nuevamente nos dice que el verdadero seguidor si le podrá ver claramente. Por qué?, la respuesta está en los versículos 20-21, más específicamente en esto: "y el que me ama, será amado por mi padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él".
Al notar esto, entendemos que Israel ya no podrá verlo más por el simple hecho de que no ama a Cristo, y a causa de ello, el pueblo hace parte del "mundo".
A pesar de ser un estudio meramente Escatológico, y que sea una profecía directa a Israel. No sobra decir que sí tú en tu corazón no aceptas a Jesucristo, y a cualquiera que realmente haya sido enviado por él, te harás participe del destino del pueblo, serás como un desierto, seco y sin propósito, y lo peor de todo, es que no podrás ver al Señor.
Comments